Wednesday, February 18, 2015

Palabra o verbo: ¿Verdad o Tradición?



Por Carlos Xavier

La ‘superioridad’ del Evangelio de Juan
A la mayoría de los nuevos cristianos se les dice que lean el Evangelio de Juan como una especie de rito de iniciación. Algo que a mí personalmente me paso cuando hice la pregunta universal, ‘¿por dónde comienzo?’ Fue sólo mucho más tarde, después de un estudio más vigorosa e investigación profunda de mi parte, que uno se da cuenta del por qué este es un fenómeno común entre muchos cristianos; ir respectivo de creencias teológicas o denominación.
El Evangelio, y el corpus de la literatura ‘Juanina’[1] al cual le pertenece, se le ha popularmente llamado “el Evangelio espiritual”, como cualquier Enciclopedia o Diccionario le dirá:
“Debido a su carácter especial teológico, el evangelio de Juan fue considerado en la antigüedad ‘el Evangelio espiritual’ [blandiendo] una influencia profunda y duradera en el desarrollo de la doctrina cristiana.”[2]
Este “carácter especial teológico” ha llevado a algunos a identificar la enseñanza cristológica de Juan como “superior” que la que se lee en los otros evangelios. Aunque todos los evangelios en si relatan la misma historia y enseñanza sobre la persona de Jesús de Nazaret, concluyendo con la misma proclamación de Jesús como el Judío Mesías profetizado, “el Hijo del Dios viviente”[3].
El resultado de esta “influencia profunda y duradera” desde la antigüedad es del creyente novato inmediatamente enfrentándose con “una especie de simbolismo místico y repetido énfasis sobre la encarnación[4]. En otras palabras, la mayoría de los lectores quedan con una imagen errónea de cómo el Eterno, Dios invisible, de alguna manera [no metafórica o figuradamente, pero literalmente] adquirió una naturaleza humana, carne.
El significado de la palabra frecuentemente traducida como “encarnación” necesita más explicación, ya que su lugar en el contexto Juanino, en muchos aspectos, ha sido oscurecido por la forma que los primeros ‘Padres de la Iglesia’, de la naciente Iglesia Católica, reinterpretaron y eventualmente malinterpretaron su significado original Judio-Cristiano.
El destacado erudito Robert E. Brown mejor nos define el término ortodoxo que ha venido a prevalecer bajo el epígrafe de “Pre-Creación Preexistente”[5]:
“Encarnación significa que en su concepción humana el Hijo de Dios no vino a la existencia[6]; si no, era un agente preexistente en la esfera divina quien se encarnó en el vientre de María. Técnicamente, encarnación no nos dice si este agente fue creado (como lo fueron los ángeles que existen en la esfera divina) o que existía ya con Dios antes de cualquier creación. [Es decir] no nos dice si el agente era Dios o igual a Dios…muchos estudiosos, influenciado por el prólogo del Evangelio de Juan, donde la Palabra [logos] que se hace carne existía antes de la creación, han unidos las dos ideas.”

Combatiendo el Gnosticismo
Este consenso moderno de la Cristología se origina con los primeros ‘Padres de la Iglesia’ que, aunque no eran trinitarios en el sentido que después llego a obtener la palabra [tres Personas distintas en un solo Dios], no obstante, identificaban al Jesús humano como una persona preexistente, llamándole “la Palabra”, quien se dice haber encarno en la virgen María. Por lo tanto, expresando una creencia binitaria, dos Personas distintas en un solo Dios, en vez de trinitaria.
Por ejemplo, el patriarca Ignacio, escribiendo alrededor de 70 años después de Cristo, confesa a “un solo Dios que se manifestó a través de Jesús el Cristo su Hijo, cual es Su Verbo [Palabra, logos] quien procede del silencio, el cual en todas las cosas agradó a Aquel que le había enviado.”[7]
Es perturbarte encontrar que tan temprano creencias extra-bíblicas comenzaron a invadir el movimiento Judaico-Cristiano de la Primera era Apostólica. Pero esto no fue un fenómeno nuevo. Ya que en las mismas escrituras del Apóstol Juan el lector encontrara varias alertas acerca de esto [véase Primeras cartas Juaninas]. Aunque en la época en la cual Ignacio comenzó a escribir sus cartas, la literatura Juanina estaban siendo muy usada por estos diversos grupos[8]. Especialmente por esas sectas que se vinieron a identificar con el movimiento conocido con el Gnosticismo [c. siglos 2-4]. La mayoría de eruditos de la Biblia están de acuerdo que estas fueron algunas de las últimas cartas escritas del Nuevo Testamento, como tal, nos ofrecen el mejor punto de vista y perspectiva de la era Apostólica[9]. El repetido énfasis sobre el verdadero “conocimiento” [gnosis] (“en esto sabemos", inherente en el ministerio de Jesús) y confesion de Cristo como el Hijo “humano”, parece desafiar no solo opiniones especulativas, pero otras creencias sobre quien realmente era Jesús.
La segunda epístola de Juan contiene sólo 13 versos, pero hace otro fuerte énfasis sobre la persona de Jesús[10]. De su contexto, vemos la importancia atribuida a “conocer…caminar” y amar a “la verdad” (vv. 1-4), en la humanidad del hombre Jesús (vv. 7-11) y la adhesión a “la sana doctrina [enseñanza] de Cristo” [cp. Juan 7:14-18]. Esto en comparación a los falsos maestros que decían traer una enseñanza “superior” a lo que los apóstoles enseñaron[11].
Por lo tanto, muchos usaron esto para identificar más a la persona de Jesús con el concepto del logos de Dios ya desarrollado en el Evangelio de Juan. Aunque el desarrollo de este concepto proviene de la iglesia primitiva, fue interpretada “más sobre la base de ideas filosóficas griegas que en los motivos del Antiguo Testamento.”
“Este desarrollo fue dictado por los intentos hechos por los primeros teólogos cristianos y apologistas de expresar la fe cristiana en términos que fueran comprensibles para el mundo helenístico y así impresionar a sus oyentes con la opinión de que el cristianismo era superior a, o heredero de, todo lo que era mejor en la filosofía pagana. Así, en sus apología y obras polémicas, los primeros Patriarcas declararon que Cristo, como el logos preexistente, (1) revela al Padre a la humanidad y es el tema de las manifestaciones de Dios del Antiguo Testamento, (2) es la razón divina de la cual toda la raza humana comparte, y así puede el filósofo Griego del siglo sexto antes de Cristo y otros que vivían con ‘razón’, decirse ser cristianos antes de Cristo; y (3) es la voluntad divina y la palabra por la cual los mundos fueron formados.”[12]
Es claro que esas iglesias primitivas pertenecientes a los Patriarcas como Ignacio muy temprano dejaron de reconocer al Jesús del NT. Para ellos Jesús era la Persona preexistente del Logos de Dios quien vino a residir en un cuerpo humano. Lo interesante es que más tarde en la era Cristiana [siglos 4-5], los consejos católicos llegaron a condenar una posición similar en la persona de Apolinar el Joven [c.310-390D.C.]. Este mantuvo la creencia que en Cristo, el espíritu o intelecto no era humano sino divino al encarnarse en un cuerpo sin alma que era sustituida por el mismo Verbo [logos].

Porqué el logos no es una ‘Segunda Persona’
Lo primero de notar es el contexto en el cual Juan 1.1 aparece. Todo el prologo [vv.1-18] está escrito en un estilo muy poético, sin comparación en el resto del evangelio; además, aunque algunos de sus temas se repiten en la narración, no sucede lo mismo en cuanto a este prologo. Por ejemplo, aunque Jesús es descrito como el logos de Dios, “que viene de arriba…del cielo”[13], el evangelio nunca después de esto identifica a Jesús el Cristo con el logos.[14]
Por lo tanto, el escritor nos da a entender que esta “palabra” de Dios es el modo en que Dios se manifiesta. Una vez que viene a “morar [poner su “tabernáculo”, v. 14] en un ser humano, Jesús se convierte en la única expresión corporal del invisible Dios. Como nos dice el autor a los hebreos:
“Dios, que muchas veces y de varias maneras habló a nuestros antepasados en otras épocas por medio de los profetas, en estos días finales nos ha hablado por medio de Su Hijo…el resplandor de Su gloria, la imagen exacta de Su sustancia…” Hebreos 1.2-3
Según esta interpretación, Jesús el Cristo es la ‘encarnación’ de la “palabra” de Dios, expresiva del mismo Dios, a través cual Dios había creado el mundo de Génesis. Es claro que el escritor no nos está hablando, como nos dicen los credos Católicos-Protestantes, de la encarnación de alguna “Segunda Persona de la Trinidad llamada ‘Dios Hijo’”, el preexistente Logos. Mas bien, lo que el escritor nos esta comunicando en una forma poética, similar al lenguaje de la escritura de Sabiduría y Proverbios Judaica, es como el único Dios de Israel a entrado en la escena humana en una forma única, nunca mas vista.   
El escritor del Evangelio era judío y como tal se basa en una manera hebraica de pensar ya establecida. Esto se refleja en el prologo donde, de acuerdo con la prosa poética judía, personifica el concepto del AT de la “palabra” [dabar] de YHWH, en griego logos[15]. ¡Una personificación y no una persona![16] Este logos siempre es identificado con “Dios El Padre” en todo el Nuevo Testamento: “el Dios y Padre del señor Jesús el Cristo”.[17]
Buena prueba de esto puede encontrarse en las preposiciones “en hebreo de im [‘con’, solo = en la conciencia, ya sea de conocimiento, memoria o propósito[18]] o et, ‘con’ [que puede] describir la relación entre lo que está en el corazón o la mente de una persona.”[19]

Personificación
Este concepto tal vez no es muy conocido por personas sin un entendimiento del Medio Oriente Antiguo. Por lo tanto, no es extraño encontrar otras cualidades de Dios que también son personificadas a través de las Escrituras.
·       En el AT: recompensa[20], sabiduría[21],  ley[22], etc., se describen a través del AT con términos personales para describir la grandeza del único Dios de Israel, El Padre.
A veces, estas cualidades/personificaciones del único Dios El Padre se les dan una propia “cuasi-existencia”[23]. Tal es el caso con la “palabra” de Dios. Por ejemplo, el erudito J.D.G. Dunn en su Christology in the Making [pp. 129f.] nos dice que “en el Judaísmo Rabínico...hubo una clara tendencia a hipostasiar [personalizar] el nombre de Dios[24], y la gloria de Dios[25]. Aquí podríamos mencionar también el memra [palabra] del Señor que es regularmente mencionada en lugar de YHWH en el Tárgum[26]…”
En Sal 105.19 “la palabra de Dios” se dice que ha “probado” al patriarca José, mientras que estaba en cautividad; en Isa 2.3; Miqueas 4.2 “la palabra sale de Jerusalén”, en 2 Cron 18.4 se le dice al rey de Israel que “consulte [busque el consejo de] la palabra de Dios”[27], y en Isa 55.11 Dios dice que “mi palabra que sale de mi boca no volverá a mí vacía sin haber realizado lo que deseo, y logrado el propósito para el cual la envié.” Este modismo sobrevive hoy en día cuando decimos “mi palabra esta con migo” o “te doy palabra”, etc.
“…la fuerte característica de su término central, «la Palabra» o «Logos», parece ser derivada de las fuentes hebreas, no griegas, y del ambiente Palestino en lugar [del lenguaje filosófico] de Alejandría…[en los] primeros párrafos Judaicos del Antiguo Testamento [el Tárgum], la ‘palabra’ de Jehová (‘Memra’[28], ‘Debura’) es constantemente mencionado como el instrumento eficaz de la acción divina, en los casos donde el Antiguo Testamento habla del mismo Jehová. ‘La palabra de Dios’ había llegado a ser utilizado personalmente, casi equivalente al mismo Dios manifestándose a Si mismo, o Dios en acción...Esto significa que la fraseología de [Juan] tiene sus raíces no en el idealismo platónico o estoico, pero en la creencia judía en la palabra de Dios, la manifestación de Su voluntad en la creación o en la revelación.”[29]

·       En el NT.
De esto podemos entender cómo el escritor de Juan se basa en los conceptos judíos que incluso anteceden sus propios. Con la gran diferencia de que ahora, a través del entendimiento de la “encarnación”, todas esas cualidades/personificaciones del único Dios de Israel, El Padre, han sido incorporadas en un solo ser humano: Jesús el Cristo, “la imagen, representación exacta del carácter de Dios”[30]. Quien ahora es dicho ser todas esas “sombras/tipos”[31] que se miran en el AT. Este es el verdadero “significado revolucionario” contenido en el prólogo de Juan.
“Es sólo con el versículo 14 [‘la palabra se hizo carne’] que podemos empezar a hablar del logos personal. El poema usa más un lenguaje impersonal (se hizo carne), pero ningún cristiano podría dejar de reconocer aquí una referencia a Jesús, la palabra se hizo carne no en general, sino en Cristo Jesús. Antes del versículo 14 nos encontramos en el mismo ámbito pre-Cristiano donde se habla de Sabiduría y Logos…donde se trata de personificaciones en lugar de personas, acciones personificadas de Dios en vez de una persona divina, o algún ser como tal.
El punto es oscurecido [por la mala traducción del] logos como masculino [‘Verbo…El’] a través del poema. Pero si tradujéramos Logos como la ‘expresión de Dios’ en vez, sería más claro que la intención del poema no necesariamente intenta de ver al Logos de vv. 1-13 como un Ser personal divino. En otras palabras, el significado revolucionario del v. 14 puede muy bien ser que marca…la transición de una personificación impersonal, a una persona actual.”[32]
Es debido a estos detalles que algunas versiones de la Biblia en Ingles traducen la última frase de Juan 1.1c como: “…Y lo que Dios era la palabra era.”[33]
“En el uso griego, logos puede significar la expresión o el plan como existe en la mente del pregonero—como un drama en la mente de un dramaturgo—o puede significar el pensamiento como proferido o de otra manera físicamente expresado—como un papel que se juega sobre el escenario. Juan 1 dice que el Logos existía en la mente de Dios desde el principio del tiempo. Cuando llegó el cumplimiento del tiempo, Dios puso aquel plan en acción. El puso carne sobre aquel plan en forma del hombre Jesús el Cristo. El Logos es Dios expresado. Como dice John Miller, el Logos es ‘Dios expresándose a Sí mismo’.”[34]
Por lo tanto, cuando se toma en el contexto del prologo, “palabra” debe de ser identificado con Dios. Es decir, el tema del prólogo es “la palabra de Dios”, que obviamente ¡no es independiente del mismo Dios! Tratar de hacer una distinción donde no hay ninguna es perder no sólo el estilo del prólogo pero, aun más importante, la intención del escritor y su significado original.
Puntos Gramáticos. La mayoría de las traducciones inadecuadamente traducen logos como “verbo” e introducen el pronombre masculino “él” en Juan 1.1-2, donde “él” reemplaza “este”[35]. Esto induce al lector de pensar que el logos del prologo es, de alguna manera, una persona distinta de su objeto y fuente, Dios El Padre. Aunque en el lenguaje griego existe el género gramático [nombres en el masculino, femenino o neutro], esto no significa que el lector debe de asignarle personalidad a ellos. Por ejemplo, sólo porque “palabra” [logos] en griego es acompañada de pronombres masculinos, ¡no quiere decir que es una persona! De la misma manera que solo porque en Español una “mesa” es femenina, no quiere decir que es una mujer como tal. ¡El mal entender esto sería asesinar la gramática!
El New International Dictionary of New Testament Theology nos dice que la frase “en el principio”[36] que acompaña logos, se refiere a la “preexistencia eterna del logos, cuya verdadera esfera no está en el tiempo, pero en la eternidad[37]. Esto debería alertar al lector al simple hecho de que el escritor tiene a la Persona de Dios El Padre en vista, ya que la Biblia dice que Dios El Padre “es el único que tiene inmortalidad”[38]. ¡Él  único Ser eterno! Esto está en consonancia con la referencia de Jesús a Dios como “el Padre viviente[39] quien le “ha dado al Hijo el tener vida en sí mismo” [Juan 5.26]. ¡Ósea, una inmortalidad condicional transferida al Hijo y no inherente!
Por otra parte, la palabra traducida “con” [pros] en la frase: “la palabra estaba con Dios” en Juan 1.1b “no implica ningún movimiento o acción por parte del logos[40], como si se tratara de hablar de una persona junta [“con”, para[41]] a otra: la ‘Persona del Logos con la Persona de Dios’. Por lo tanto, la traducción que mejor capta el significado y la intención de Juan 1.1c seria: “lo que Dios era la palabra era” o “y Dios era la palabra”. Es decir, ¡la palabra de Dios es el mismo Dios!
En Juan 1.1 “la palabra de Dios” no es una persona distinta/aparte del mismo Dios El Padre. Esto inevitablemente llevaría a una confusión de la única Persona de Dios El Padre y al grave error por parte del lector en preguntarse: ¿‘Cuantos es Dios’? Pero aparte de estos puntos gramaticales, el simple hecho es que el logos es ambo un concepto [impersonal] y el “mismo Dios manifestándose a Si mismo, o Dios en acción” [personal].

La triste historia de las primeras traducciones del NT
“[Es prohibido traducir] la Biblia en romance castellano o en alguna otra lengua del vulgo, el Nuevo Testamento en español de Francisco de Enzinas…y cualquier otro libro de la Santa Escritura en romance castellano, francés, flamenco o cualquier otro idioma que tenga prefacios, notas o glosas que revelen doctrinas erróneas repulsivas o contrarias a nuestra santa fe Católica o a los sacramentos de la Santa Madre Iglesia.” Índice de la Inquisición Española, Toledo [España], 1551.[42]
Fue en este ambiente de intimidación y persecución en la cual el reformista Francisco de Enzinas publico la primera traducción del Nuevo Testamento, del griego al castellano, en 1543.   
“[Enzinas] fue uno de los primeros españoles en convertirse a la causa de la Reforma Protestante. [Su traducción] fue hecha directamente del griego, usando como base el texto griego de Erasmo de Róterdam [por la cual] fue arrestado en Bruselas y su traducción prohibida por la Inquisición…En su dedicatoria al emperador Carlos V…Enzinas menciona las tres razones que lo llevaron a realizar su traducción: la seguridad de que haciendo la traducción se rendía un servicio a Dios y al mundo cristiano, la honra que traería la traducción a la nación española…y el hecho de que el autor consideraba que no estaba violando ninguna ley al hacer la traducción.”[43]   
De 1556 a 1560, el Dr. Juan Pérez de Pineda publicó en Ginebra un número de obras diseñadas para introducir las ideas protestantes en España. Entre ellos su traducción del Nuevo Testamento[44], segunda edición completa al castellano. Pérez se ayudó de la traducción de Enzinas. La oposición a las traducciones de estos españoles en su patria natal los llevo al exilio. Pero gracias al esfuerzo de Julián Hernández, copias de estos fueron propagadas en forma de contrabando en iglesias y monasterios. Igual que Enzinas y Pérez, Julián fue perseguido por los católicos pero, en diferencia a ellos, no pudo escaparse de las manos de los Inquisidores de España.
“Después de tres años en los que permaneció firme en la fe a pesar de la persecución [y torturas], negándose a renunciar a sus convicciones, Julián fue quemado vivo en la hoguera.”[45]
Pero el ‘daño’ ante ‘La Santa Madre Iglesia’ Católica ya había sido hecho.
Casiodoro de Reina, monje en el monasterio de San Isidoro del Campo en la ciudad de Sevilla, obtuvo copias contrabandeadas por Hernández del NT por Enzinas-Pineda. Inmediatamente, comenzó a trabajar en su famosa edición titulada Biblia del Oso, publicada en 1569.
“[Reina] se sirvió de diversas fuentes para realizar su traducción, algunas de las cuales menciona en su introducción…otras fuentes no las menciona por temor a la Inquisición, pero se nota que fueron usadas por él en su trabajo. Los textos básicos en los que se baso fueron los textos en hebreo y griego de los que se disponían en la época, el texto hebreo masorético y el texto griego de Erasmo de Róterdam. Además de esos textos uso la versión latina hecha en Lyon en 1528 por Sanctes Pagnini, la Biblia de Ferrara, la Biblia Latina de Zúrich y la Biblia Latina de Castellón…Aunque no lo menciona por temor a la Inquisición, ya que [todos estos] figuraban en el Índice de Libros Prohibidos, se sirvió también de las traducciones españoles de Francisco de Enzinas, Juan Pérez y Juan de Valdés. 
Reina quería que su Biblia fuera aceptada por la iglesia católica y el gobierno español… Desafortunadamente, la iglesia católica y el rey de España no solo rechazaron su traducción pero también la prohibieron y persiguieron su distribución. El rey de España puso precio a la cabeza [de Reina] y fue uno de los pocos a los que se les condeno con el titulo no solo de hereje sino de ‘heresiarca’, o maestro de herejes. Su imagen fue quemada por la Inquisición en un ‘auto de fe’ celebrado en Sevilla en 1562. Todos sus escritos fueron puestos en el Índice de Libros Prohibidos por la iglesia católica…
…la traducción de Reina marco un hito importante en la traducción bíblica mundial, pues fue una de las primeras traducciones de la Biblia a un idioma europeo. Se publico décadas antes de la famosa e influyente versión inglesa del Rey Jacobo [KJV]…”[46]
En su dedicatoria a su edición de 1543, Enzinas  “postulada ardientemente la conveniencia y necesidad de traducir los textos bíblicos a las lenguas vernáculas y en concreto al español.”[47] Años antes de morir de una pestilencia que se había desatado en Europa, Enzinas le escribió a un amigo diciendo:
“Estoy trabajando con buena conciencia, Dios es mi testigo. Si la gente de este tiempo no me da las gracias, espero que vengan otros en el futuro de un mejor juicio, a quienes nuestros estudios no le serán inútil.”[48]
Palabras más proféticas no se pudieron haber escrito pero, desafortunadamente, el esfuerzo y buen trabajo de estos primeros Reformistas españoles están por ser apreciados por el mundo moderno de traducciones bíblicas. Ya que hasta hoy en día continúan ignorando la simple y verdadera forma en que estos eruditos, a través de sus rigurosos estudios y conocimiento de las lenguajes originales de la Biblia, tradujeron el pasaje que nos concierne en este estudio.

Logos, ¿‘palabra’ o ‘verbo’?
“En el principio era la palabra, y la palabra estaba con Dios: y Dios era la palabra…Todas las cosas son hechas por ella: y sin ella ninguna cosa es hecha, de lo que es hecho. En ella estaba la vida…Aquella era la verdadera Luz, que alumbra a todo hombre que viene al mundo.”[49]

La fidelidad de los primeros Reformistas de traducir logos como “palabra” en vez de “verbo”, seguida por pronombre femenino [“ella”] en vez de masculino [“él”], ha sobrevivido en ciertas traducciones al español[50]. Pero en su totalidad, asido reemplazada por la popular revisión de la Reina-Valera, en sí es influenciada por la famosa King James Bible de 1611. Ambas versiones hoy en día han sido probada tiempo tras tiempo, por diferentes grupos bíblicos ya sea de origen católico o protestante, como unas de las peores traducciones de la Biblia. No solo por su lectura anticuada para una audiencia moderna pero, más importante, repleta de más errores que buena lectura.[51] Una de ella siendo la continúa adición del único versículo usado [fabricado] desde los 1500s para probar la Trinidad, 1 Juan 5.7-8, también conocida como la Comma Juanina.[52]
La versión original de la Reina-Valera de 1569, consecuentemente fue revisada por un sinnúmero de editores y grupos bíblicos a través de los siglos. En efecto cambiando el significado importante que le fue primeramente fielmente traducida de las lenguas originales por los primeros eruditos Católicos en integrarse al movimiento Protestante: Enzinas [1543], Pineda [1556], Reina [1569] y Valera [1602].
El primero en introducir esta interpretación fatal al texto del prologo de Juan, cambiando el logos de “palabra” a “verbo”, fue el erudito español Lorenzo Lucena Pedrosa en 1862. Lucena fue un obispo católico quien después se ingreso a la grey protestante episcopal. Su labor consistió no solo en cambiar la ortografía antigua, sino también, en muchas ocasiones, revisar formas y expresiones carentes de sentido en el castellano moderno. Una de ellas siendo el significado de logos.
Desafortunadamente, la revisión de Lucena fue adoptada por no solo la Iglesia Católica pero todas las demás sociedades bíblicas evangélicas. Por lo tanto, a partir de 1869, el texto de Lucena aparece en biblias publicadas en Londres, Madrid y Barcelona. Hoy en día la Biblia de Reina y Valera, gracias en mayor medida a su revisión por Lucena, sigue siendo la versión más popular en lengua castellana, alcanzando una distribución anual de dos millones de ejemplares.[53]
¿Por qué este cambio de “palabra” a “verbo”? La respuesta se debería de presentarse ella sola.
      
Prejuicio Cristológico
“[Algunos traductores] vienen a Juan 1:1 ya creyendo ciertas cosas sobre la ‘Palabra’…y están seguros que sus traducciones concuerdan con sus creencias.”[54]
“Sin embargo, como cuestión de hechos sólidos esa tendencia es un terrible error de traducción. Se pasa por alto totalmente una norma establecida de la gramática griega.”[55]
El lector de Juan 1 sólo llegaría a una interpretación Trinitaria si viene a este pasaje con una cristología ya desarrollada. Por eso, ha muchos se les hace difícil leer logos en Juan 1.1 como “palabra”, ya que la descripción del logos en forma de género femenino resultaría en el uso de pronombres femeninos en el resto del prologo. Por ejemplo, cada referencia a la “palabra” fuera seguida por los pronombres de “ella” o “aquella”. Por esta razón traductores optaron por el género masculino de “verbo”, seguro tomado de la versión de San Jerónimo, La Vulgata, popularizada desde el siglo 19[56]. Esta traducción del logos en español no solo va directamente en contra del griego pero, más importante, pierde el estilo y significado original del escritor.
Cualquier lexicón Griego nos confirma que logos en su primer sentido significativo se traduce como “palabra” y nunca como “verbo”. Logos también puede tener el significado de: relato, causa, comunicación, doctrina, intención, predicación, razón, dicho, nuevas, pensamiento, mente, plan, actividad, declaración, expresión. Como podemos ver, logos ¡nunca puede es traducido como “verbo”! Aunque muchos diccionarios en español hoy en día le han agregado un significado teológico al nombre de “verbo” como, “la Segunda Persona de la Santísima Trinidad”[57].
En una correspondencia personal con la Profesora Lynette Dyer Vuong, Instructora de Latín de la Universidad de Houston, dice:
 “…la traducción correcta de ‘logos’ al español no tiene absolutamente nada que ver con el género de cualquiera de las palabras en griego, latín, o en español. Si el traductor que uso ‘verbo’ en vez de ‘palabra’ lo hizo en base al género [gramático], rechazando ‘palabra' porque es femenina, estaba equivocado…[pero] después de consultar mi diccionario español y mi escaso conocimiento del español, me pusiera del lado de la mayoría que votan por ‘palabra’ [el obvio significado de logos] mientras que ‘verbo’, como tu correctamente declaras, significa generalmente ‘verbo’, equivalente a ‘rema’ en griego.
A mí me parece como si el traductor de la Reina-Valera pudo haber tenido un prejuicio contra las mujeres que lo hizo dispuesto a traducir una palabra que se usa para referirse a la deidad [Dios], quien ‘estaba con Dios’ y ‘era Dios’, con una palabra del género femenino[58].
Traductores deberían de hacer todo lo posible de darnos el significado de las palabras y mantener sus propios prejuicios y agendas afuera. Creo que tienes mucha razón en tu evaluación. Estoy de acuerdo contigo.”



[1]La colección de obras del Nuevo Testamento que se unen por la tradición a la persona del Apóstol Juan. La colección en general incluye: El Evangelio de Juan; La Primer, Segunda y Tercera Epístolas de Juan; Apocalipsis-Revelación. Las cinco obras muestran cierta similitud en su imagen, pero son muy diferentes en estilo y presentación. Muchos eruditos bíblicos modernos rechazan completamente la idea de un cuerpo unificado de la literatura de Juan, mientras que otros ven las obras como el producto de una primitiva comunidad cristiana con enlaces al Apóstol Juan.” Wikipedia
[2] John, Gospel According to, The New Encyclopedia Britannica, Vol. 6, 15th ed., p 587-588.
[3] Mar 8.26-29; Lu 9.17-20; Mat 16.12-16; John 20.31.
[4] New Encyclopedia Britannica, Vol. 6, 15th ed., p 587-588.
[5] An Introduction to New Testament Christology, pp. 34-35.
[6] No sabemos cómo Mateo y Lucas entendieron la concepción de Jesús por el Espíritu Santo sin un padre humano. ¿Fue para ellos el comienzo del Hijo de Dios? El “por lo cual” [RV1960] en Lucas 1:35…podría ser interpretado para llevarnos hacia esta dirección. Uno no puede simplemente suponerse que Mateo o Lucas pensaron en un patrón Juanino de encarnación. Aunque algunos eruditos piensan que Lucas conocía el Evangelio de Juan, esto está lejos de saberse y Juan nunca menciona la concepción de Jesús. Ignacio de Antioquía (c. 110) es el primero que sabemos que haya elaborado sobre una concepción y encarnación cristológica, pues se refiere ambo a Jesús como la Palabra de Dios y a su nacimiento de una virgen (Magnesios 8:2; Esmirna 1:1).
[7] Ignacio, Epístola a los Magnesios. 8, c. 110AD.
[8] Las enseñanzas Apostólicas sobrevivieron primero en las prácticas, costumbres y enseñanzas de la comunidad cristiana primitiva. Lo que en gran medida fue comunicada de generación en generación fue una tradición oral transmitida por los apóstoles a los obispos y de los obispos y sacerdotes a los fieles a través de su predicación y su modo de vida. Su formulación coincidiendo con el período más fuertemente asociada con el gnosticismo [siglo cuarto y sexto]. Véase Eusebius Hist. Eccl; McDonald, L. M, The Formation of the Biblical Canon (rev. and exp, ed.; Peabody, MA: Hendrickson, 1995).
[9] El debate académico se encuentra en la colocación de las cartas entre 70 -90 o 90-110D.C. Véase, Dictionary of the Later NT & its Developments, Intervarsity Press, 1997.
[10] El Apóstol afirma que a la luz de la continua batalla de Satanás contra Dios y su Cristo, no es sorprendente que "nuestro evangelio está oscurecido…el dios de este mundo" cegando a la gente, según 2 Cor 4:3-4.
[11] No es sorprendente ver que Juan está en armonía con las enseñanzas de Pablo acerca la "sana doctrina" en sus cartas pastorales (cf. 1 Tim 6:3-4; 2 Cor 11:4).
[12] Logos, The New Encyclopedia Britannica, Vol. 7, 15th ed., p 449.
[13] Juan 3.31; cp. 3.13, 27; 6.38, 51, 58; 8.23.
[14] No obstante, en Ap. 19.13 el mismo escritor le atribuye el nombre “palabra de Dios”, y no identidad como tal.
[15] Se entiende como “Dios manifestando Su poder en el mundo de la materia o la mente, un término que se utiliza sobre todo en el Tárgum como un sustituto para ‘el Señor’ [Dios], cuando una expresión antropomórfica se quiere evitar." Memra, jewishencyclopedia.org.
[16] Filo entendió el concepto del logos como "El pensamiento divino," "la imagen", "primogénito" de Dios, “el arcipreste", "intercesor", "Paráclito" de la humanidad, el "arco de tipo de hombre...allanó el camino para la concepción cristiana de la encarnación (‘la Palabra hecha carne’) y la Trinidad." EL LOGOS, jewishencyclopedia.org.
[17] 2 Cor 1.3; Rom. 15.6; 1 Pe 1.3; Juan 20.17; Ap. 1.6.
[18] Brown, Driver and Briggs, Hebrew and English Lexicon of the Old Testament, p. 768.
[19] Im: Núm. 14:24; 1 Reyes 11:11; 1 Cro. 28:12; Job 10:13; 15:9; 23:10; 23:14; 27:11; Sal. 50:11; 73:23. Et: Gen 40:14; 2 Reyes 3:12 (cp. Juan 17.5; 2 Juan 2; Gal 2:5; Isa. 59:12; Jere 12:3; 23:28; 27:18; 14:5; Prov. 2:1; 11:2. Buzzard, Hunting, Doctrine of the Trinity, pp. 195-96.
[20] Isa 40.10; 62.11; cp. Rev 22.12.
[21] Job 12.13, 16; Pro 1.20-23; 8.1-9, 12, 22-31.
[22] Isa 2.3; 51.4; Micah 4.2.
[23] Doctrine, p. 284.
[24] Yoma 3.8; 4.2; 6.2; y sorprendentemente también en el Libro de Enoc—39.7, 9, 13; 41.2, 6; 43.4; 45.2f.; 46.6-8; 47.2; 48.7, 10; etc.
[25] La Shekhiná—e.g. Sanh. 6.5; Aboth 3.2; Targ. Onkelos on Ex. 33.14f.; 34.6, 9.
[26] G. H. Box, ‘The Idea of Intermediation in Jewish Theology: A Note on Memra and Shekinah’, JQR 23, 1932-33, pp. 103-19. Examples in Strack-Billerbeck 2, pp. 303f. Details of the usage in Targ. Neofiti and its possible significance may be found in R. Hayward, ‘The Memra of YHWH and the Development of its Use in Targum Neofiti 1’, JJS 25, 1974, pp. 412-18.
[27] Cp. Sal 33.4: “recta es la palabra de Jehová y toda Su obra es hecha con fidelidad.”
[28] "En el Targum el Memra cifras constantemente a medida que la manifestación de la divinepower, o como mensajero de Dios en lugar de Dios mismo..." jewishencyclopedia.org Memra.
[29] “En lo que respecta a esta idea no se debe olvidar que, tal como se encuentra en algunos de los padres [Iglesia], por ejemplo, Justin y los alejandrinos, que tiene afinidades mucho más cerca de la filosofía griega que hay en San Juan.” Charles Gore, The Incarnation of the Son of God: being the Bampton lectures for the year 1891, p. 69-70. Énfasis mío.
[30] Col 1.15; Heb 1.3; Fil 2.6; cp. Col 2.9.
[31] Col 2.17; Heb 8; Rom 5.14; Heb 11.19; 1Cor 10.6, 11.
[32] Dunn, Christology in the Making, p. 243.
[33] New English Bible [NEB]; Revised English Bible [REV].
[34] La Unicidad de Dios, David K. Bernard.
[35] houtos, véase TEV, LB, NASB, NIV, NRSV, NAB, AND la AB.
[36] "No es por accidente que el Evangelio comienza con la misma frase en el libro de Génesis. En Gen 1:1, "’En el principio’...En ambas obras de la creación el agente es la Palabra de Dios." F.F. Bruce, The Gospel of John (William B. Eerdmans, Grand Rapids, MI, 1983) pp. 28-29.
[37] Brown, ed., New International Dictionary of New Testament Theology, 4vols; pp. 1204-05.
[38] “El único Dios invisible…el único que tiene inmortalidad”, 1Tim 1.17; 6.16.
[39] Juan 6.57; Cp. “el Dios vivo”, Deut 5:26; Joshua 3:10; Psalm 42:2; Jer 10:10; Daniel 6:20; Hos 1:10; Mat 16.16; Hechos 14:15; 2Cor 3:3; 1 Tim 4:10.
[40] "Apoyo a este punto de vista se puede encontrar en el paralelo del Nuevo Testamento donde los profesionales con el CAC. a menudo después del verbo einai denota el movimiento lineal, sino punctiliar [es decir, sin moverse] resto (Matt. 26.18, 55 vl.; Mk. 6.3 ( =Matt. 13.56); 9.19 ( = Lk. 9.41 but Matt. 17.17 tiene meth’ hymon); 14.49; 1Cor 16.6f.; 2Cor 5.8; 11.9; Gal 1.18; 4.18, 20; Phil 1.26; 1Tes 3.4; 2Tes 2.5; 3.10; File 13; Heb 4.13; 1Jn 1.2).” ibid., Brown, NIDNT, p 1204.
[41] "...En otra parte Juan usa el párrafo tini para expresar la proximidad de una persona a otra (Jn. 1.39; 4.40; 8.38; 14.17, 23, 25; 19.25; cf. 14.23; note también meta tinos en Jn. 3.22, 25 f. etc.) o el acercamiento del Hijo al Padre (Jn 8.38; 17.5), nunca pros tina.” Ibid., Brown, NIDNT, p 1205.
[42] E. Rodriguez, God’s Bible in Spanish, p. 34, 2010.
[43] P.W. Comfort, R.A. Serrano, El Origen de la Biblia, p. 347, 2008.
[44] El Testamento Nuevo de Nuestro Señor y Salvador Jesu Christo, 1556.
[45] Rodriguez, God’s Bible, p. 39.
[46] Ibid., pp. 350-352.
[47] L. Fuchs, Historia de las Yervas y Plantas, p. 56, 2005.
[48] Boehmer, Eduard, Bibliotheca Wiffeniana: Spanish Reformers of Two Centuries, vol. 1 (Strasbourg 1874), p 155.
[49] El Testamento Nuevo de Nuestro Senor y Salvador Jesu Christo. Nueva y fielmente traducido del original Griego (por J. Pérez) en romance Castellano. Venecia, 1556.
[50] Versión Castellana del P. Serafín de Ausejo, revisada y actualizada por Marciano Villanueva, 2003; La Biblia de Jerusalén, 1976.
[51] La KJV “tiene serio defectos” comprobados por el descubrimiento de un sinnúmero de manuscritos bíblicos mas antiguos que la traducción. “Estos errores fueron tantos que [varias revisiones a través de los siglos tuvieron] que llevarse acabo.” Bruce Metzger, NRSV, 2008.
[52] Lectura que fue probada como una fabricación por el mismo Papa Católico en 1960. Comma Juanina, Wikipedia.
[53] E. BOEHMER, Spanish reformers of two centuries – from 1520. Londres. 1883, p. 248-256.
[54] J. Beduhn, Truth in Translation: Accuracy and Bias in English Translations of the New Testament capitulo 11.
[55] Bruce M. Metzger. "Theology Today" 10.1 (April 1953), p.75.
[56] Traducida de las lenguas originales, hebreo y griego al latín por San Jerónimo. Terminada cerca de 400DC.
[57] Véase El Pequeño Larousse y otros.
[58] “Aparentemente, o no saben o prefieren ignorar el hecho de que la palabra ‘espíritu’, como Espíritu Santo, es femenino en hebreo. (Es neutro en griego y masculino en el Latín.)”

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